La recomendación establecida al creyente es pensar en la creación y no en El Creador, ya que Dios no es alcanzado, en sentido amplio, por el pensamiento tal cual lo concebimos. Este hecho de pensar en la creación como un todo, es decir como una visión integrada, pone de manifiesto que sí proviene de Dios, debe ser respetada. Todos los animales, las plantas, los mares, las montañas, los ríos, coexisten con el género humano en un delicado equilibrio. La visión islámica otorga al hombre una gran responsabilidad ante estas creaciones, que es su cuidado y su preservación, ya que de ellas depende su existencia. El agua es un elemento esencial, como sentencia el Corán, "hemos hecho surgir de ella todo ser vivo". Como parte de la creación el hombre se beneficia de ella unilateralmente, ya que el agua no necesita del hombre para existir. Como este ejemplo, muchos. Por lo tanto cada decisión que el hombre toma en donde se involucran los otros elementos de la creación, debe ser cuidadosa, fundada y con la seguridad que su beneficio es mayor que su perjuicio. El Islam también regula desde sus albores derechos de plena vigencia para los animales. La actitud con los mismos debe ser compasiva. Cierta vez el Profeta Muhammad (PB) hizo desviar una caravana completa de peregrinos por el simple hecho que en su camino había una perra dando a luz. El Corán insta permanentemente al hombre a contemplar todo aquello que tiene a su alrededor, a agradecerlo y hacer un uso justo.
domingo, 31 de agosto de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario